En los primeros tres meses del gobierno de Javier Milei, Argentina ha experimentado un notable aumento en las tasas de desempleo y una preocupante caída en el Producto Bruto Interno (PBI). Tendencias negativas que se proyectan también para el segundo trimestre. El incremento del desempleo está lejos de ser un problema que afecta solamente a los que se quedan sin trabajo, sino que también aumenta la presión sobre quienes están empleados. Comienza de esta forma una dinámica que aumenta la competencia entre los trabajadores y dificulta las luchas por mejoras salariales y condiciones de trabajo favorables. Este fenómeno es especialmente relevante en un país con altos niveles de pobreza y desigualdad, donde la competencia por los escasos empleos se torna cada vez más hostil.
Para llevar adelante el plan de ajuste que viene sufriendo el pueblo argentino, el oficialismo propuso el DNU 70/23 y la Ley Ómnibus como instrumentos políticos y económicos para la reforma del Estado y la liberalización de la economía. Este plan ya mostró consecuencias muy negativas para el pueblo argentino en general y para la clase trabajadora en particular.
Desde la asunción del gobierno en diciembre, venimos trabajando en diferentes análisis sobre las falacias que rodean el discurso de Milei y que le sirven como plataforma ideológica para intentar legitimar el ajuste salarial más rápido de la historia económica nacional. Estas falacias son: que las políticas de libre mercado son claves para el crecimiento de un país; que la legislación laboral vigente impide la creación de fuentes de trabajo; y que la sindicalización impide la libertad del trabajador y genera temor en el empleador al momento de contratar. En esta nota nos centraremos en uno de los principales problemas que afectan a la clase trabajadora: el desempleo.
Crecimiento del desempleo
Según el informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) publicado este lunes 24 de junio, la tasa de desempleo subió del 5,7% en diciembre de 2023 al 7,7% en el primer trimestre de 2024, lo que significa que 1,1 millones de personas están actualmente desempleadas y buscando trabajo activamente. El INDEC también destaca que el PBI cayó un 5,1% interanual, con una fuerte contracción en sectores claves como la construcción que cayó un 19,7% interanual, la industria manufacturera un 13,7% y las actividades de intermediación financiera un 13,0%. Solo el sector de agricultura, ganadería, caza y silvicultura mostró crecimiento (10,2%), reflejando una recuperación post-sequía.
En concreto, el resultado de los primeros meses de gobierno se puede medir en la pérdida de 404 mil puestos de trabajo respecto al último trimestre de 2023. Esto deja una población ocupada con descuento jubilatorio de 6.303.309, y una población ocupada sin descuento jubilatorio de 3.491.974 personas. Este crecimiento de la tasa de desocupación se explica por la reducción de la cantidad de ocupados “sin descuento jubilatorio” (-3,2%).
Finalmente, el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), en su informe semanal destaca que se puede lograr una aproximación a la presión sobre el mercado de trabajo, considerando a la totalidad de las personas que se encuentran en la búsqueda de empleo, ya sea que se encuentren desocupadas, subocupadas, o bien, ocupadas demandando un nuevo puesto. La presión sobre el Mercado de Trabajo del primer trimestre contabiliza 8.841.366 personas.
Este panorama económico negativo abre un gran debate sobre las políticas económicas implementadas por el gobierno de La Libertad Avanza (LLA) y la posibilidad de mejorar las condiciones para el conjunto de las y los trabajadores.
Un ejército de reserva en expansión, una consecuencia buscada
El concepto de "ejército de reserva industrial" - propuesto por primera vez por Karl Marx pero utilizado actualmente por gran parte de los economistas heterodoxos - describe a la fracción de la clase trabajadora que se encuentra desempleada o subempleada. Este ejército de reserva se relaciona directamente con las condiciones materiales de la fracción de trabajadores ocupados, cumpliendo la función de presionar a la baja dichas condiciones como vimos en el apartado anterior. En concreto, esta situación permite a los empresarios mantener bajos salarios y condiciones laborales desfavorables, dado que siempre hay una oferta abundante de trabajadores dispuestos a aceptar empleos precarios.
Un alto nivel de desempleo puede ser atractivo para los capitales especuladores de corto plazo (o "hot money" en la jerga financiera) porque facilita una mano de obra barata y flexible. La liberalización económica promovida por Milei parecería estar diseñada para atraer este tipo de inversiones a corto plazo, aunque esto puede generar inestabilidad si los inversores deciden retirar su capital ante cualquier señal de riesgo, dejando al país en una situación de vulnerabilidad económica. El libre mercado en economías periféricas tiende a beneficiar principalmente a los inversores extranjeros debido a los bajos costos laborales y la facilidad con la que pueden retirar sus capitales si la inversión deja de ser rentable.
¿Y si sale bien?
El aumento del desempleo y la caída del PBI en los primeros meses del gobierno de Javier Milei reflejan las tensiones inherentes a una economía en crisis que pretende dirigirse al libre mercado y se convierte en un terreno fértil para capitales especuladores.
Estas dinámicas acentúan la precariedad laboral y pueden conducir a una mayor desigualdad y vulnerabilidad económica en el país. A medida que avancen las políticas de liberalización, será crucial monitorear sus efectos a largo plazo sobre la economía y el bienestar de la población, particularmente los sectores más vulnerables. La gestión de estos desafíos determinará en gran medida el éxito o fracaso de las políticas económicas de Milei y su impacto en el futuro de Argentina.
Como venimos afirmamos desde nuestra nota anterior “Las falacias de Milei que rodean al DNU”, el escenario económico más probable al que se enfrenta la clase trabajadora argentina es: el aumento del desempleo con su consecuente caída general de los salarios (principalmente en la industria) y el crecimiento del trabajo informal sin cobertura social ni derechos laborales. La historia del país ha demostrado que de la economía de libre mercado solo podemos esperar el deterioro de las condiciones materiales en general y el aumento de la conflictividad social de un pueblo al que la inflación y la recesión puesta en marcha por el gobierno de La Libertad Avanza no para de asfixiar.
Resuena en las editoriales de periodistas y analistas libertarios la pregunta: ¿Y si sale bien?. A seis meses de gestión podemos afirmar ya una cuestión, que para las y los trabajadores el plan de gobierno viene saliendo mal, muy mal.
Por Lic. Diego Lorca, director del Observatorio Internacional del Trabajo del Futuro
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